La venta de comidas típicas: maito de tilapia, bagre, sábalo y gallina; pinchos de mayón, chicha de chonta y agua de guayusa, son los platos que la asociación, conformada de mujeres de diversas comunidades de Orellana, ocupan este centro gastronómico ubicado en el malecón de El Coca, a pocos metros antes del puente sobre el río Napo.

La presencia de visitantes que llegan por degustar estos exquisitos manjares es muy buena y las mujeres atienden a sus visitantes.
Nelly Aguinda tiene su puesto a la entrada de la plaza, con maitos, pinchos de mayones listos para servir. Llama la atención dos pescados que se preparan asados al carbón. Algo que llama la atención por su forma de envoltura es el maito de gallina, que se lo hace en una hoja de bijao, en forma de funda, “es para que no se riegue el caldito” dice Nelly Aguinda. En los demás puestos la tónica es parecida.
EN LA PLAZA PRIMA LA SOLIDARIDAD Y COMPAÑERISMO
Jimmy es un chico de 17 años, es el guardia de seguridad de la plaza, Jimmy recorre todos los puestos vigilando que todo esté en orden. Con su vestimenta de la nacionalidad kichwa y una lanza en su hombro, camina a paso lento pero observando hacia todos los puestos.
Al mismo tiempo otro chico, con un cuaderno en mano, pasa anotando todas las ventas que se realizan en estos puestos de comida típica, el motivo: “tenemos un tope de ventas, de maitos, por ejemplo, cuando cada compañera ya haya vendido 20 platos, la compañera para la venta hasta que las demás lleguen también a completar su venta de 20 platos. Si ya todas hemos vendido esa cantidad, podemos seguir vendiendo hasta cuando terminemos con las ventas” explica Nelly Aguinda, una de las más de 250 mujeres que trabajan en la plaza de comidas típicas.

























