Mónica Maribel Murillo Méndez, oriunda de la provincia del Guayas
Objetivo del proyecto: ofertas de productos gastronómicos innovadores para realizar nuevos sabores y deleitar paladares con platos tradicionales.
Ella es: madre de una niña de 12 y un joven de 15 años. Técnica de emergencias médicas, auxiliar de enfermería, emprendedora, bordadora y estudiante de costura.
Actividades extras: caminatas, cantar karaoke en casa, preparar helado, visitar ríos.
Inicios del proyecto:
El sol entra por las dos ventanas de su cocina y Mónica recuerda el nacimiento de su emprendimiento. “Era auxiliar en Sucumbíos solidario, pero con la pandemia me quedé sin trabajo”. Frente a esta situación comenta su integración a un grupo de apoyo de mujeres y al final de tantas reuniones decidió vender alimentos preparados desde casa.
Rememoró que en sus inicios cocinaba de manera eventual con sus utensilios personales. “Pedía prestado 20 dólares y luego de la venta devolvía los 20 al prestamista y obtenía mis ganancias, pero no es fácil encontrar esa ayuda”. Resaltó que en diciembre del 2021, su realidad mejoró a partir de ser beneficiaria de un capital semilla de ACNUR (agencia de la ONU para los Refugiados).
Mónica, enlisto los materiales, compró “un horno más grande, ollas, termo más grande, extractor de las naranjas, moldes de repostería, bandejas, ahora con la nueva cocina tengo tres hornillas y cocino en menos tiempos, eso agilizó las entregas de las alimentaciones” agregó.
Incorporación del menú
Para su emprendimiento incorporó platillos cronológicamente. “Primero el maito de pescado, después incorporé la cazuela de camarón, los encebollados, el ceviche y el reparto de refrigerios para eventos que me contratan”. Mónica señaló que el producto más requerido por los clientes es el key de chonta. Es un alimento incorporado este año y nació a partir de un deber de mi hija en la escuela”.
El key de chonta es uno de los más apetecidos. Resaltó que su key logra mantenerse blando cuando se enfría y el ingrediente especial es la cobertura de miel de chonta que recubre el alimento. Enfatizó que su cocina es “su laboratorio” y actualmente está experimentando sobre hamburguesas de quinua.
Sobre la razón de implementar la quinua explicó. “Es un producto económico, nutritivo, saludable si no se mezcla con grasas”. Respecto a su presentación en hamburguesas, sostuvo, “a veces a la gente no le gusta la sopa de quinua, pero si lo ven en hamburguesas les va a encantar”.
Su aprendizaje gastronómico
Mónica destacó que aprendió sobre cocina en su casa. “Mi abuela cocinaba en restaurantes, le decíamos la abuela del sabor. A mis 8 años, por tres años, le acompañé a mi madre a sus talleres de repostería en una academia artesanal, ahí aprendí los tips”. Con su destreza ha sido voluntaria para las actividades de cocina en las festividades de las escuelas de sus hijos, “me daban los ingredientes, les preparaba y les gustaban los platos”.
Trabajo en familia
Mónica ha encontrado la forma para vender su producto. “Yo para pagar un local grande y servicios básicos no me alcanza, lo que hago es publicar por internet, lo subo a mis estados y las personas me responde cuanto les llevo”. Describió que le ayudan sus hijos. “Dependiendo los pedidos, en las noches dejamos lavando los pescados, mariscos y elaborando la miel de chonta, ya en la mañana nos levantamos a las 5 de la mañana”.
El joven de 15 años recorre los barrios cercanos realizando las entregas después de hacer sus tareas. “Regularmente, entregamos, a partir de las 8 de la mañana, la pizza a más tardar 8 pm”. Para su labor de entrega a lugares lejanos se ayuda en motorizados, pero esto le limita los recursos, su deseo es comprar una moto eléctrica para entregar los productos más pesados.
Emprendimiento que se conecta con la comunidad
Desde su conciencia ambiental, Mónica destacó. “Reparto en hojas de verde o bijao, se ve muy rústico, pero ya no se gasta tanto papel. Hay personas que nos reciben con su propio plato y cuchara”. Dentro de la interculturalidad resaltó que su maito lo hace tal como lo preparan las nacionalidades de la Amazonía.
La emprendedora se enlaza con otros sectores, como lo relató. “La chonta la obtengo en la feria de las nacionalidades a las 5 am. Las hojas de bijao las trae una señora que la siembra en su terreno. Los limones y la tilapia me traen desde Santa Cecilia, el camarón me venden los familiares de una amiga que lo traen desde la costa ecuatoriana”.
En sus palabras dirigidas a la comunidad estimó, “gracias a los consumidores podemos vender, el público es el que nos da la mano. Hay grandes tiendas y restaurantes, pero también estamos los emprendedores”.
Sobre su perseverancia con su negocio. “Todo lo que hago lo preparo con mucho cariño, mucho amor, doy lo mejor de mí y sé que con eso voy a sacar adelante a mis hijos. Pese a problemas de salud y todo aquí estamos, no nos damos por vencidos. Uno debe usar lo que tiene en su medio, a veces no tomamos cuenta productos cercanos” añadió.