Una de las congregaciones más importantes para las nacionalidades, autoridades y visitantes, es la fiesta del Kako Wiña o fiesta del Rejuvenecimiento que se celebra cada 27 de agosto en la comunidad de San Pablo de Katetsiaya, de la nacionalidad Siecopai, en la parroquia San Roque, cantón Shushufindi.
En esta ocasión la fiesta fue los días 27 y 28 de agosto. Una de las ventajas para asistir a este encuentro con los hermanos de la comunidad, fue la presencia de transporte para ir y regresar, por parte de la alcaldía de Shushufindi a través de su alcaldesa Lorena Cajas, por lo que los visitantes que no tenían transporte, pudieron asistir a dicho encuentro y regresar seguros, cuando así lo estimaron. La vía está en perfectas condiciones, asfaltada y es de dos carriles, vía adornada por la presencia de interminables filas de palmeras, debido a la presencia de la empresa Palmeras del Ecuador.
Una vez que se pasa la población San Roque, no a mucha distancia se toma una vía lastrada que conduce a San Pablo, ubicado a orillas del majestuoso río Aguarico. La música de la nacionalidad se escucha a lo lejos y se va haciendo más perceptible, mientras se llega al lugar: la plaza de la comunidad donde celebran la fiesta del Kako Wiña, como se pronuncia en su lengua, está llena de gente: puestos de emprendimientos, presencia de la artesanía Siecopai, remedios preparados para el rejuvenecimiento, grupos de mujeres, niños y sabios ancianos, miran ensimismados el baile de niños y niñas envueltos en sus túnicas multicolores que con su lanzas en movimiento bailan de manera sencilla y admirable.
ACTIVIDADES TRADICIONALES
La presencia de artesanías, confeccionadas con pepitas y semillas que hay en la comunidad son de gran utilidad para la creación de collares, pulseras y más adornos. Las plantas medicinales, sus usos y para curar los males son parte de la gran feria y exposición de saberes de la comunidad. A poca distancia, como siempre en los encuentros de esta naturaleza, están los pintores siecopai de reconocida trayectoria nacional e internacional: Cesar Piaguaje y el famoso Ramón Piaguaje, a ellos los acompañan sobrinos y sobrinas que, debido a la gran admiración por estos pintores, ellos han preferido seguir sus pasos y sus enseñanzas.
Justino Piaguaje, líder de la nacionalidad, está posando para las fotos con la alcaldesa Lorena Cajas, que a su llegada fue adornada en su rostro con la pintura y adornos propios de la nacionalidad. Obviamente, mujeres: ancianas y jóvenes, se encargan de pintar los rostros a los visitantes que así lo deseen.
Otra costumbre o forma de recibimiento es brindar una mate de chicha de chonta a los visitantes. Las mujeres recorren el lugar con sus enormes recipientes y van brindando la exquisita chicha de color anaranjado. Posteriormente, es el turno del baile de los jóvenes y luego de los adultos. Los varones adultos entonan con sus alargadas flautas su música ancestral, mientras las mujeres les refrescan con la chicha de chonta.
Los juegos ancestrales, también son parte de la fiesta: el uso de la bodoquera que apunta a un blanco con una diminuta flecha, el baile del trompo que en esta fiesta es de forma diferente al trompo que se usa en la Sierra, por ejemplo; la subida al árbol entre cinco concursantes y quien hace menos tiempo es el ganador, son parte de la infinidad de concursos y entretenimientos que presentan en la fiesta.
Como todo lo bueno se acaba y es hora del regreso, sin antes de percibir y sentir esa brisa de tranquilidad y espiritualidad que lo embarga a uno por entero, hay que hacerlo, rodeado de un paisaje esplendoroso, donde al astro rey también se le acabó su tiempo de estar en la fiesta. Lo dicho, la fiesta del Kako Wiña, parece haber realizado su efecto y el regreso es algo como un sueño del que se siente fue una realidad.