El Barrio Central, es un lugar más de la ciudad conocida como Lago Agrio, hoy en día atraviesa sus momentos más críticos al igual que el resto de la ciudad y el país. Hace cuatro años, era un sitio próspero y muy transitado, considerando que por ahí atraviesa la avenida principal llamada Quito.
Sin embargo, la pandemia lo cambió todo. Don Eduardo Morocho, habitante del barrio hace 40 años, cuenta que sus padres lo trajeron cuando él tenía apenas siete años y llegaron a lo que hoy es Santa Cecilia.
Las cosas han cambiado mucho, señala añorando aquellos tiempos y recuerda cómo se movía económicamente el barrio. “Cuando cambiamos de moneda (sucre a dólar) todos los vecinos de Colombia venían al Ecuador a comprar bienes muebles y sus remesas cambiaban de pesos a dólares y les resultaba mejor”, recuerda.
Ecuatorianos adquieren electrodomésticos en Colombia
Ahora, resulta lo contrario, con el tema de los cambios, al ecuatoriano le resulta mejor trasladarse hasta suelo colombiano a comprar algún electrodoméstico.
La falta de circulante es notorio, señala y más ahora que estamos en época vacacional. Cuando los jóvenes están en clases, se vende un agua o gaseosa. Añade también que algunos negocios, como las cambiarias, atienden hasta las 18h00 y en ese orden van otros comerciantes. En horario nocturno solo funcionan los hoteles y algunos restaurantes.
Don Morocho advierte y observa preocupado que los comerciantes informales son los que marcan la diferencia, pues tienen su negocio sin control alguno.
Barrio Central el primer epicentro económico
Tony Rojas, ingeniero civil ahora, comenta que junto a sus padres a los 11 años de edad llegó a esta parte de la Amazonía en la época de los 70, lo hicieron vía aérea, dos años después se dio la apertura de la vía desde la capital de la República; era precisamente la era del boom petrolero.
Los primeros negocios que aparecieron, relata, fueron los hoteles, entre ellos el «Oro negro», así como algunas farmacias. “Las únicas calles en aquel entonces solo eran de tierra y lodo después de las fuertes lluvias (…) Para evitar eso, las empresas petroleras con sus camiones regaban material de petróleo, material que ensuciaba las vastas de los pantalones”, comentó Rojas.
Los primeros buses de transporte interprovincial que llegaron, habrían sido la cooperativa Centinela del Norte y luego la Jumandy, esta vino desde el Tena.
Llegaron gente de otras provincias
Ya para fines de los 70, el pueblo fue tomando forma con más gente que llegó de diversas provincias, a conocer en unos casos y otros decididos a radicarse en el sector.
Se creó el Cabildo y su primer presidente fue don Luis Gutiérrez, entonces ya empezó a cristalizarse como un Cantón. Empezaron a tomar más forma la avenida Quito y la calle 12 de febrero.
Rojas recuerda con añoranza que en aquellos tiempos el Barrio Central, era el epicentro de fiestas, mingas, deportes y demás actos donde la población disfrutaba y compartía sus anécdotas. Recalca que en la década de los 80 y 90s, el comercio fluía fuertemente, y más con la llegada de los colombianos que venían a realizar sus compras.
La ciudad se extiende y su gente va a otros sectores
Ahora, el tiempo ha pasado y coincide con otros moradores en que las generaciones que viven en este sector, son únicamente los mayores. “Los hijos y los nietos en unos casos, han decidido hacer sus vidas aparte. La ciudad ya se está extendiendo a la vía Quito”, afirma Rojas.
Pero también la pandemia, ha sido otro de los factores que “golpeó” al sector. Dos años de encierro es grave, ahora todos buscan reactivarse económicamente. Sin embargo, la situación es compleja y es que si hasta hace seis años, los negocios se mantenían abiertos hasta las 21h00 o algo más, hoy es lo contrario, a esa hora únicamente son los hoteles los que atienden.


























