Ecuador llega a los tres meses desde la eliminación del subsidio al diésel, una decisión que marcó un cambio estructural en la política de combustibles del país. La medida, implementada en septiembre de 2025, ha generado efectos diversos en el transporte, la producción y los costos operativos de varios sectores económicos.
Incremento en el precio del combustible
Antes de la eliminación del subsidio, el galón de diésel se mantenía en USD 1,80. Tras el ajuste, el precio subió a cerca de USD 2,80 por galón, sujeto a variaciones según el mercado internacional. Aunque el Gobierno anunció al inicio un proceso de transición, los gremios del transporte afirman que el costo operativo de sus unidades aumentó entre un 15 % y 25 %.
Los transportistas de carga pesada, agrícolas y logísticos han sido los más afectados, pues el diésel es su principal insumo. Algunos operadores advierten que, de mantenerse la tendencia, podría ser necesario revisar tarifas para compensar el incremento de costos.
Efecto en precios y producción
El impacto del ajuste también se reflejó en los sectores agrícola y comercial, donde los costos de movilización de mercancías registraron aumentos. Si bien parte de estos incrementos han sido absorbidos internamente, otra parte se ha trasladado al consumidor final, generando pequeñas variaciones en productos de primera necesidad.
El Gobierno, sin embargo, sostiene que la inflación nacional se mantiene en niveles controlados y que el ajuste permitirá corregir distorsiones históricas en el mercado de combustibles.
Ahorro estatal y objetivo fiscal
Desde el Ejecutivo se insiste en que la eliminación del subsidio al diésel es una medida necesaria para ordenar las finanzas públicas. De acuerdo con cifras oficiales, el Estado llegaba a destinar más de USD 1.000 millones anuales para cubrir este subsidio. En sus primeros días de aplicación, el Gobierno registró un ahorro superior a USD 17 millones.
Autoridades además afirman que la eliminación del subsidio reducirá el contrabando de combustibles en zonas fronterizas y permitirá redirigir recursos hacia programas sociales y compensaciones para sectores vulnerables.
Reacciones sociales y perspectivas
Organizaciones transportistas y colectivos sociales han solicitado revisar la medida o establecer mecanismos de compensación más amplios, argumentando que el impacto ha sido mayor del previsto. No obstante, el Gobierno mantiene su posición y prevé que el mercado se estabilizará progresivamente.
A tres meses de su implementación, Ecuador continúa evaluando los efectos del nuevo esquema de precios del diésel. Analistas económicos coinciden en que los próximos meses serán claves para medir la adaptación de los sectores productivos y el comportamiento del costo de vida en el país.

















