Carteles, vallas, banderas, colores y el paso de carros parlantes es común ver en
época de campaña electoral, que afectan a la salud del ciudadano.
Lago Agrio; El ruido constante de alto parlantes y el colorido de las diversas tiendas
políticas, son el matiz de esta campaña electoral que además deja marcado la
contaminación visual y auditiva en todos los rincones del país.
Desde el municipio de Lago Agrio, área de ambiente, Germán Jiménez, su titular,
expresa que hasta ahora no existe ninguna ordenanza como herramienta legal, que
permita poner «freno» a estos abusos electorales.
El funcionario sostiene que desde los mismos concejales que manejan el tema
ambiental, no han tenido la iniciativa para crear esa ordenanza. Sin embargo, desde el
Consejo Nacional Electoral (CNE) como ente encargado del proceso, es quien
determina las sanciones a quienes incurren en el tema publicitario.
Advirtió Jiménez, que en la parte auditiva, el ruido que producen en sitios cerrados si
son controlados.
Diana Reinoso, propietaria de un negocio ubicado en la avenida Petrolera, en Nueva
Loja lamentó que la contaminación auditiva sea muy fuerte en estos días, es el
constante ruido que hacen los políticos cuando pasan cerca a su local. “Hay ocasiones
en que debo pedirles a mis clientes que repitan su pedido, porque no se les escucha
por tanto ruido”. Aspira que la próxima autoridad cantonal a través de sus concejales
pueda crear una ordenanza que permita regular los temas publicitarios de campaña.
Sixto Rodríguez, Notario tercero del cantón Lago Agrio, considera necesario que desde
el Cabildo se concrete una ordenanza que regule el tema ruidos y propaganda visual,
también deberán definir un espacio público para que los actores políticos donde
coloquen su propaganda. Dentro de la misma ordenanza, deberá existir la cláusula con
la cual exijan a los movimientos políticos a dejar los espacios que ocupan, libres de
publicidad. Añade a que esto ayudaría incluso a los comerciantes.
Ruido y efectos que producen
Julio Cueva, médico del hospital básico «Nuestra señora del Cisne», explica que el nivel
mínimo de ruido al que deben estar expuestas las personas es de 4.000 Hercios (Hz), si
sobrepasa eso vendrán los efectos secundarios a la salud de las personas. En
temporadas como Navidad y campañas electorales se incremente el nivel de ruido y
sonido en las calles, parques y en las propias viviendas, sin medir las graves
consecuencias de daños irreversibles en algunos casos.


























