Ha transcurrido cinco meses y algunos días, tiempo que Guillermo Lasso ejerce la conducción del Estado ecuatoriano, en calidad de presidente de la República, y ya va enfrentando algunas paralizaciones, protestas y esta última la movilización nacional protagonizada por algunos sectores sociales y políticos, por el elevado costo de los combustibles.
Es bien cierto que en el Ecuador, la propia Constitución en el Artículo 98, faculta como derecho consagrado ´El Derecho a la Resistencia´, (dando espacio para el reclamo y la protesta social). Pero parece que ciertos dirigentes, algunos de ellos históricos y otros nuevos, con vil pretexto intentan construir una plataforma que les catapulte a convertirse en representantes populares. Sería conveniente que todos ellos no abusen la bondad de la Constitución.
En buenas cuentas, de alguna manera parece que el Gobierno ha dado motivos para que haya el reclamo popular; cuando se posesionó como primer mandatario, anunció que habrá cambios en la administración del país con hombres y mujeres de una generación sin pasados oscuros, o que hayan sido inculpados de quebrar a la nación, es muy evidente que el presidente Lasso, no lo cumplió.
Otra molestia ciudadana es sin duda, el haber pactado con tiendas políticas que han caminado juntos con los Gobiernos de turno, los que se han aprovechado y en ocasiones han chantajeado para alcanzar sus mezquinos intereses, hoy son visibles y están ahí votando juntos en la Asamblea nacional y obstaculizando algunas propuestas del ejecutivo, que talvez pudiese ayudar a levantar a este país quebrado.
Hoy la situación es complicada para todos, vivimos en un país hipotecado a las grandes potencias, deudas del Estado interiormente y deudas de cada ciudadano a la tienda del barrio, a los bancos que nunca pierden. A toda esta crítica situación, se suma las perdidas por cerca de dos años debido a la pandemia.
Debemos hacer conciencia todos los ecuatorianos, meditar y saber que los problemas o necesidades económicas se resuelve trabajando. El Gobierno nacional debe saber que es su obligación crear fuentes de trabajo, ofrecer a la gente alternativas válidas que permitan tener una vida digna y controlar que no sea explotada.
Casi a todos nos enseñaron que el trabajo duro da recompensas, si queremos algo debemos luchar, esforzarnos, no dormir si es necesario hasta conseguir lo que anhelamos. Vamos todos a reflexionar, a trabajar para ver a nuestro país crecer. Dejemos de dar oportunidad, micrófonos y espacio a los que intentan destruirnos y solo buscan su propio bien y cada determinado tiempo organizan las llamadas, movilizaciones, paralizaciones, medidas de hecho, etc.
Vigilemos a que todos los que salen a nombre de la gente a las protestas, paguen sus impuestos y declaren lo que tienen, son contados los políticos que así lo hacen, el resto viven del verbo fácil, que se aprovechan de su propia gente y nunca se han ensuciado las manos trabajando, solo se dedican a permanecer en reuniones, en talleres, convocando a las protestas y sancionando a sus hermanos si no acatan sus resoluciones.
Saquemos al Ecuador adelante.

























