Juan Alarcón, dice saber dónde están los cuerpos de personas «tragadas» por el río
Lago Agrio; Es muy conocido y querido al mismo tiempo, sencillo, sumido en su mundo de sabiduría, lleva hermandad con la naturaleza; es Juanito Alarcón, uno de los personajes del pueblo afro, en su pensamiento tiene vivas imágenes del río y la selva.
Juanito, que antes trabajaba en las gabarras, ahora con su canoa recorre diversos sitios paradisiacos de belleza natural, desde la frontera con Perú, Colombia, hasta Puerto Libre. A este prodigio de aventurero por los ríos de la Amazonía se suman otros atributos: Su profesionalismo para hacer curas; quitar los malos espíritus de las personas y encontrar a personas ahogadas o «tragadas» por el río, como él dice. En este caso por el Aguarico, del que es vecino por más de 40 años, desde que llegó proveniente de Esmeraldas.
Aparentemente los ríos son mansos
“La gente es muy confiada, porque ven que las aguas corren aparentemente mansas. Pero debajo de la superficie el río es correntoso, sus aguas son frías, por lo que las personas se acalambran y pierden la batalla con el río”, explicó Juanito.
Sostiene que las personas rescatadas del río y encontradas por él son muchas, una sobrina de su esposa. Ha salvado a una monja que estaba en el río y se fue. “Como la vi alcancé a rescatarla, estaba bastante mal, pero se salvó, ahora vive en Italia y siempre se acuerda de mí. También les salvé en el Aguarico a esta muchacha Amparito y a Consuelo”, comenta ante el asombro de dos mujeres presentes en el diálogo.
El relato de Juanito continúa. “En una ocasión miembros del Ejército no encontraban por algunos días a un niño”; aunque no le creyeron, les mostró un sitio, optaron por buscarlo y allí estaba.
Rescató a un chino y cobró la recompensa
“Otra ocasión rescaté a un ciudadano chino que estaba perdido algunos días y pagaban 3.000 dólares de recompensa. Lo encontré, lo subí a la canoa y le llevé, solo me dieron 1.600, nos repartimos entre cuatro compañeros”, comentó.
Obviamente no hay secretos para esta habilidad de encontrar personas ahogadas, simplemente es la familiaridad que tiene Juanito con el río. “El Aguarico es un río muy tranquilo, pero de pronto se pone bravo, empieza a bramar, ronca, el agua se mueve y es cuando se vuelve peligroso”, comentó.