Ubicado en uno de los rincones paradisiacos de Gonzalo Pizarro, en la comunidad Dashino, Samanayacu, es un balneario creado para compartir gratos momentos en medio de la naturaleza.
Sus propietarios, Eugenia Aguinda oriunda de Pastaza, junto a su esposo don Holger Gallo, nos comenta que vive en el sitio desde hace 50 años. Es decir, llegó al sector cuando aún era parte de Napo. Son 30 hectáreas, el área que logró conseguir.
Aguinda añade que hace años, sus familiares venían de visita y recorrían la finca sin mayor atracción, hasta que en cierto momento, decidieron aprovechar los espacios y el río que atraviesa su propiedad.
Este paradero denominado “Samanayacu” o río de descanso, precisamente nace del río Tigre que surca la cordillera Oriental.
Sus aguas frías, y hermoso paisaje escondido invitan a propios y extraños a recorrerlo a través de un pequeño sendero construido por el borde del río, que en una extensión de 500 metros, atrapan con su encanto de aventura al turista.
Para llegar a este paradisiaco sitio, deben llegar hasta la parroquia Gonzalo Pizarro, hasta la población llamada “Amazonas”, al Oeste de Sucumbíos por la vía principal, y luego tomar hacia el Sur una guardarraya aproximadamente por un tiempo de 45 minutos.
El mismo cauce del río les da la bienvenida. Y deben cruzar un puente colgante, para acceder al balneario en donde doña Eugenia Aguinda los recibirá con la amabilidad y cariño que la caracteriza.
Don Holger Gallo nos comenta que en el 2016, inició este proyecto, pero en tiempo de pandemia estancó su accionar. Ahora él junto a su esposa invitan a mucha gente a disfrutar del paisaje.
Cuentan con una pequeña cancha de futbol y otra de vóley. Así también existe un buen espacio en el mismo río, una especie de laguna donde el visitante y su familia pueden pasear en un bote, cuyo costo es de 3 dólares la hora.
Cada rincón del balneario, está construido para que los visitantes tengan su relax. Diseñado para que los amantes a la naturaleza, se olviden de todas las preocupaciones.
Aguinda cuenta que ellos también preparan un buen menú. Y, en caso de que los visitantes quieran acampar en el lugar, también lo pueden hacer. El costo de ingreso al balneario es de 1 dólar por adulto, y 0,50 centavos los niños.