Por Cristina Castillo
La historia del cine en la Amazonía del Ecuador está conectada al nacimiento del cine en todo el país. Es clave conocer la fundación de la primera empresa de cine ecuatoriana, la Empresa Nacional de Cine Ambos Mundos, allá por 1910 en Guayaquil.
En sus inicios, el cine era ver imágenes en movimiento de la vida cotidiana, capturadas por fotógrafos nómadas y vendedores ambulantes que viajaban por el mundo. Sin embargo, con el tiempo, el cine experimentó un cambio significativo; la proyección de películas de Hollywood en Quito y Guayaquil desató un aumento en el interés por parte del público. La Empresa Nacional de Cine Ambos Mundos notó este crecimiento en la demanda y decidió aventurarse en la producción de películas locales, lo que resultó en producciones de alta calidad y mejoras en la tecnología de filmación.
Según el estudioso del cine Carlos León, en su libro Reinventando al otro: El documental indigenista en el Ecuador, “durante este período se estrenaron más de 50 películas, se perfeccionaron los noticieros, surgieron los documentales y se crearon los primeros largometrajes de ficción en el país”.
A pesar de que la mayoría de las películas de la época eran propaganda gubernamental centrada en eventos militares y religiosos, se produjo un cambio significativo en la forma en que se hacían películas cuando el cineasta guayaquileño Augusto San Miguel creó la primera película silente larga de Ecuador, titulada “El tesoro de Atahualpa” en 1924, marcando así el inicio del cine de ficción en el país.
En 1926, la Amazonía ecuatoriana ingresó al mundo cinematográfico cuando el sacerdote italiano Carlos Crespi, en su rol evangelizador y explorador, comenzó a realizar un documental para capturar las experiencias de su trabajo misionero con comunidades indígenas amazónicas. El propósito principal de esta producción era mostrar las labores salesianas en la Amazonía para recaudar fondos y continuar con las misiones religiosas y de colonización.
El documental se titula “Los Invencibles Shuaras del Alto Amazonas”. En este se grabó la vida del pueblo Shuar, representando así el primer proyecto filmado en la región amazónica de Ecuador con un enfoque antropológico.