Vivir solo es bueno, pero requiere de planificación y sacrificio. A continuación, te daremos algunas recomendaciones para adaptarte mejor a tu nueva situación:
Planifica tu presupuesto. Vivir solo implica tener que pagar todos los gastos del hogar: servicios, comida, transporte, etc. Por ello, es fundamental que sepas cuánto dinero ganas y cuánto gastas cada mes, solo así podrás establecer un plan de ahorro para imprevistos.
Organiza tu tiempo. Cuando vives solo, nadie te dice qué hacer ni cuándo hacerlo. Eso puede ser muy liberador, pero también puede llevarte al caos si no te organizas bien. Así que, hazte una rutina diaria que incluya tus obligaciones y tus momentos de ocio. Además, respeta tus horarios de sueño y alimentación.
Cuida tu salud. Vivir solo para siempre también implica cuidar de ti mismo, tanto física como mentalmente. No descuides tu alimentación, haz ejercicio a diario, visita al médico cuando lo necesites y evita el consumo de alcohol y otras sustancias nocivas. También es importante que mantengas una buena higiene personal y del hogar.
Mantén contacto con seres queridos. Recuerda que cuando vives solo no tienes que aislarte del mundo ni renunciar a tus relaciones sociales. Al contrario, es vital que conserves el vínculo con tu familia y tus amigos, y que busques nuevas formas de relacionarte con otras personas. Puedes llamarlos por teléfono, chatear por internet, quedar con ellos para salir o invitarlos a tu casa.
Confía bien. Al vivir sola o solo en Latinoamérica es un peligro. Así que no brindes información personal a personas extrañas que conoces por primera vez, no aceptes cosas de sus manos y asegúrate tus rutas diarias. Aprende a ser reservado. Buscar la sensatez para que aprendas a decir no a ciertas actividades que te proponen las personas.