El marchista cuencano Daniel Pintado consiguió un hito al coronarse campeón olímpico. Este triunfo nos invita a reflexionar sobre el cómo apoyamos a nuestros atletas.
El histórico triunfo de Daniel Pintado en los 20 km marcha de los Juegos Olímpicos París 2024 es un hito para el deporte ecuatoriano. Este logro, que nos llenó de orgullo y emoción en la madrugada de este jueves 1 de agosto de 2024, demuestra que los ecuatorianos podemos alcanzar cualquier meta con trabajo, dedicación y perseverancia.
Sin embargo, este éxito también nos invita a reflexionar sobre el apoyo que brindamos a nuestros atletas y el excesivo triunfalismo y también pesimismo que a menudo caracteriza a muchos aficionados.
No obstante, es fundamental recordar que el camino hacia el éxito está lleno de obstáculos y que no siempre se gana. Es en esos momentos de derrota cuando nuestros deportistas más necesitan nuestro apoyo.
Es crucial que como sociedad cambiemos la tendencia del ataque y la confrontación por un apoyo incondicional a todos nuestros atletas. Eso no quiere decir dejar de ser críticos, pero sí entender que detrás de cada seleccionado hay una familia que también escucha, lee y ve todo lo que de un deportista se dice.
Los 40 representantes de Ecuador en París 2024 merecen nuestro respaldo sin importar el resultado o la posición en la que terminen. Debemos entender que cada uno de ellos se entrega por completo en busca de un buen lugar o un podio, y aunque no siempre se obtienen los resultados esperados, su esfuerzo y dedicación son dignos de admiración.
Ocurre en todos los niveles, desde el más alto como son los Juegos Olímpicos o las eliminatorias de fútbol, hasta los momentos de iniciación en las competencias escolares o colegiales, que son la base de la que surgen los deportistas más exitosos.
Es crucial fomentar una cultura de respeto y admiración por aquellos que nos representan, reconociendo su esfuerzo, disfrutando de sus victorias y siendo un soporte en sus derrotas.
En semanas pasadas hemos sido testigos de comportamientos deplorables en el contexto de grandes celebraciones deportivas, tanto en el fútbol como en otros deportes.
La violencia, el racismo y la xenofobia se han vuelto más visibles que nunca, empañando lo que debería ser una fiesta del deporte.
Un caso ilustrativo es el de Enner Valencia, quien fue atacado en las redes sociales tras fallar un penal en la Copa América. Este tipo de reacciones no deberían tener cabida en el deporte. Este sábado 3 de agosto, en la madrugada, el Sucumbiense Jonathan Narváez competirá en París 2024, será una buena oportunidad para apoyarlo sin condiciones.
De seguro entregará lo mejor de sí por representarnos de la mejor manera. Con los Juegos Olímpicos de París 2024 en curso, es el momento perfecto para comenzar a apoyar sin condición a nuestros atletas, valorar su esfuerzo y motivarlos siempre.