En la Amazonía existirían aproximadamente 700 piscicultores, que luchan en un
mercado desigual. El sector exige al Estado no aplique cobros excesivos por utilizar el
agua.
Durante varios años, José Guzmán viene asesorando y coordinando con sectores
dedicados a la producción de trucha y tilapia en la Amazonía, existe un sin número de
problemas que atraviesan actualmente y de forma conjunta buscan estrategias para
alcanzar un mejor provenir y que también desde el Gobierno nacional, les ofrezcan
algún beneficio.
Según Guzmán, la piscicultura estaría estancada debido a la escasa utilidad que hoy
reciben, la baja calidad del pescado es uno de los principales motivos, lo que torna
difícil de competir, en los supermercados de las principales ciudades el filete
congelado y procesado se vende a 16 o 18 dólares el kilo. Mientras que los
piscicultores apenas alcanzan a vender su producto a 1 o 1,40 dólares la libra, las
principales causas para el bajo precio se debe a factores como: mucha competencia,
demanda local limitada; estos productos no alcanzan a llegar a las grandes ciudades
por no disponer de pescado procesado.
La competencia desleal y los precios bajos con los que venden especialmente
comerciante de la Costa, es otro de los motivos para la crisis de los piscicultores de la
Amazonía, por ejemplo, en el mercado San Roque de Quito, venden a 70 centavos de
dólar la libra de pescado que incluso llegan con viseras, con estos precios difíciles que
los piscicultores puedan vender su producción.
Guzmán, pide a las autoridades de control a que vigilen el ingreso del pescado llevado
desde la Costa, su posterior venta en los mercados, ya que el traslado toma algunos
días y no tendría una refrigeración adecuada. “Debe estar por lo menos a 4 grados
sobre cero… Puede ser incluso atentatorio a la salud de quienes consumen”,
manifestó.
Para alcanzar mayor producción y mejorar la comercialización de la trucha y de la
tilapia de la Amazonía, considera el experto, que deben agruparse de entre 5 o más
productores, sin inversión extrema deben adquirir equipos e instalar las conocidas
(cocinas grandes) implementos que sirven para filetear la tilapia, lograr procesar
higiénicamente, conseguir un producto de calidad, empezar la publicidad y venta del
producto, que en las grandes ciudades podría alcanzar un precio referencial de 12
dólares por cada kilo.
A más de la crítica situación que padece el sector piscicultor del país por los precios
bajos y la competencia desleal, también varias entidades del Estado les asfixian, es por
ello que a finales de octubre más de 30 piscicultores de todo el país mantuvieron una
reunión con autoridades del Viceministerio de Acuacultura a quienes les plantearon
varias peticiones, ente ellos:
La liberación de cualquier pago a entidades del Gobierno nacional, seccionales,
institutos o agencias estatales por los próximos cinco años. Que SENAGUA intervenga
tan solo cuando exista conflictos en la distribución de agua de canales o ríos pequeños
entre criaderos de peces, granjas agrícolas, etc. y cuando se constate que están
contaminando el agua con materiales tóxicos, excrementos o agroquímicos.
Que BANECUADOR, Banco del Pacífico y la Corporación Financiera Nacional deben
establecer fondos para créditos a los piscicultores, fabricantes de balanceados para
piscicultura y restaurantes de truchas, tilapias y paiches a un interés del 1 % anual y a
largo plazo. El Ministerio de la Producción debe exigir a los Consejos Provinciales que
suspendan el regalo de alimento balanceado a piscicultores o la venta de tilapia a los
mercados. Estas dos prácticas bajan los precios de la tilapia por debajo de los costos
reales de producción.
Considerando que los pedidos planteados involucran a varias entidades del poder
central y a Gobiernos seccionales, los piscicultores esperarán el tiempo adecuado para
obtener una respuesta que les favorezca.